Esto nos recuerda que nuestras palabras pueden construir y edificar a los demás, o pueden destruir y derribarlos.
Muhammad Ali fue uno de los mejores boxeadores de la historia. Pero antes de que recibiera su aclamación, antes de que su nombre y su rostro se conocieran en todo el mundo, era solo otro boxeador que luchaba por entrar en la gloria. Ali antes de llegar a la fama sus tres palabras eran: SOY EL MEJOR.
Nuestro lenguaje tiene el poder de construir o destruir relaciones, de alentar o desanimar a otros, de inspirar o desmotivar. Es por eso que es tan importante que seamos conscientes de cómo hablamos y el impacto que nuestras palabras pueden tener en los demás.
Cuando nos sumergimos en la Palabra de Dios y la aplicamos a nuestras vidas, experimentamos su poder transformador. Las palabras de Dios pueden cambiar nuestros pensamientos y actitudes, pueden sanar nuestras heridas emocionales y espirituales, y pueden guiarnos por el camino de la verdad.
“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu son vida”
Además, debemos sumergirnos en la Palabra de Dios y permitir que sus palabras transformadoras impacten nuestras vidas.
Queridos amigos, here ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el poder de la Palabra.
Por lo tanto, es importante ser conscientes de cómo utilizamos nuestras palabras y esforzarnos por utilizarlas de manera positiva y constructiva.
Es importante recordar que nuestras palabras tienen un impacto duradero. Jesús nos dice: «Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio» (Mateo twelve:36). Debemos ser conscientes de las palabras que salen de nuestra boca y ser responsables de su poder.
Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.
Cuando conocemos la palabra de Dios, podemos utilizarla como una guía en nuestras conversaciones y permitir que ella moldee nuestras palabras.
Las palabras son herramientas poderosas que pueden impactar tanto positiva como negativamente en nuestras vidas y en la de los demás. En la Biblia, encontramos numerosos pasajes que nos enseñan sobre el poder de nuestras palabras y cómo debemos usarlas con sabiduría y amor.
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Cada sector y grupo de personas se expresan con palabras diferentes, los ricos, clase media y pobres usan palabras diferentes, al igual que los doctores, contadores y abogados, cada uno tiene un grupo de palabras que los convierte en conocedores del tema.